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Este guerrero de 12 años recibió la noticia de que sufría de cáncer al tiempo en que su papá afrontaba la misma enfermedad. Ambos fueron sometidos a intensos tratamientos lo que no solo los unió como padre e hijo sino a toda la familia.
Nicolás aún se somete a cirugías y tratamientos en los cuales la música juega un determinante poder sanador y gracias a la fundación ‘Por un pasado mañana mejor’ cumplió su sueño más grande, ver a su banda favorita en concierto.
“Ya derroté el cáncer, la música fue de las cosas que más me impulsó a seguir”, asegura.